viernes, 13 de agosto de 2010

LA VOZ DE LOS SIN VOZ



Los medio comunitarios y alternativos emergen en la hora primera de la esperanza de los pueblos oprimidos cuyos movimientos de base buscan no seguir doblegados ante los “mass media”, ante la poderosa máquina hegemónica del imperio de la industria cultural, hemos bautizado sus efectos malévolos devastadores, yo me incluyó, como la macdonalización de la cultura. Y es que el efecto pernicioso de los poderosos medios masivos acorrala a nuestros pueblos hasta hacerlos perder la noción de sí, de lo autóctono, de sus raíces, de su historia, alejándolos de su esencia. Un caroreño universal: Cecilio Zubillaga Perera o Chío para el común,, visionario e interprete de sus tiempos escribió ha tiempo en carta a los jóvenes comunistas que los medios impresos del país estaban atornillados a las sillas de los altos ejecutivos de Wall Street, frase lapidaria para explicar que no podemos esperar sino una visión sesgada de la realidad de parte de estos poderosos medios de comunicación que añaden a la información la mentira y todo lo que de por sí implica su papel ideológico a favor de la cultura del imperio. Por eso esa voz consciente de los oprimidos para los oprimidos comenzó a decir en la calle, luego en la esquina, salto montes y laderas un murmullo, un coro de voces diciendo que no te importe ya sí “la calle de Wall Street amaneció animada hoy”, sólo para que te jodan y te serialicen como mercadería, y de segunda categoría!, que te importe más bien sí ya comiste y sí comiste lo que produciste, que nos importe que se mueren nuestros pueblos en la orfandad. Por eso en esta hora, que no es la última, la insurrección va armada no de metrallas sino de voces, de voces de los oprimidos contra el “gran hegemón• imperialista. Por eso ya hemos visto como en Caracas, radio bemba saltó sobre las veredas, cruzó las amplias avenidas y libre como el espacio etéreo se expandió la voz del pueblo. Y se comenzó a hablar de las reglamentaciones, si de las reglamentaciones!. Acaso alguien puede objetar la voz de los sin voz, la voz del pueblo?, sí, y a lo mejor tendremos que interrogar como el cantor del pueblo: sí la mayor grosería, no es acaso la que dice esta sociedad?

Tuvo que venir la odiosa reglamentación que desdice de la buena intención que comenzó a germinar en la Patria de Bolívar, con el proceso constituyente, y vino el reglamento, no importa el año, que fue en el 2.002. Sí vamos contra el pasado, enterremos el pasado, este no se discutió, se aprobó y se aplica con todo el rigor, Ya va! sin mal interpretaciones, porque como dice un viejo dicho “la culpa no es del ciego, sino del que le da el garrote”. ¿Cómo se explica que sí el marco constitucional establece los mecanismos de la democracia participativa y protagónica, la comunicación libre y plural, un reglamento lo obvia?; hablo en este caso del Reglamento para las radios comunitarias. Fuera de ese contexto la voz se sigue alzando, alzándose con ancho vuelo, construyendo la nueva historia. Antes el pueblo creía que lo que no aparecía en los medios de difusión masiva no existía. Pero en un abril también del 2002, que pasará a los anales patrios el pueblo despertó de un largo letargo, rémora sobre la que sigue su rumbo sin detenerse, porque así es la voz de los sin voz.
WILLIAM VILLANUEVA.
C.I 5.939.505

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